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martes, 9 de febrero de 2010

Arte internacional: Ex-cultura de Lidó Rico



(Madrid)

Bajo este título, que combina la ambigüedad del juego de palabras con el significado que añade el prefijo, José Ramón Lidó Rico, uno de los artistas con más proyección dentro y fuera España, presenta su intervención en el Museo de Bellas Artes -dentro del proyecto Asincronías- en la que cientos de piezas seriadas, cráneos, establecen un diálogo con las obras allí expuestas, dejando claro que la cultura -tal como se concibe- es fruto del miedo y su alimento es el propio miedo a la pérdida de la referencia, a la falta de los restos del pasado sobre los que trata de cimentarse el presente, temeroso siempre a que los ladrones de la "memoria" le priven de asideros.
Este círculo vicioso, espiral convertida en vorágine de despropósitos argumentados "reflexivamente" con cráneos de mayor tamaño, es el que le sirve de pretexto para intervenir el espacio expositivo de la Fundación José García Jiménez, en una prolongación que deja sin aclarar cuál es el orden, cuál es el principio de la lectura de un discurso aparentemente sometido a las reglas, pero dispuesto a romper con ellas al poner en evidencia la ficción de seguridad, de realidad plasmada en los reflejos cuando es nuestra sombra la que queda retenida en el no espejo.
Lidó Rico plantea la cuestión del espejo -y aquí si podemos hablar de conclusión abierta, del concepto de la intervención- que devuelve la imagen que los demás tienen de nosotros y asume el papel de referencia, de cultura, y trata de superarla con el no espejo -el no reflejo- en el que queda impresa la sombra de la persona enfrentada a él, aislada, libre, sin los añadidos del tiempo. Es una extrapolación del mito de la caverna, pero ahora desprovista de la necesidad del revestimiento, de la "invención" de la realidad, porque es nuestra realidad, nuestra individualidad, la que queda impresa transitoriamente, por lo que cada vez que nos asomemos al no espejo veremos nuestra sombra renovada, sin las capas que la cultura utiliza para mantener su dominio: el miedo a encontrar vacío el pasado.
Esta no escultura que semeja escultura, esta visión clara de que la solución está fuera de la cultura, es la que le lleva a plantearse la "irreflexión" como salida, como instrumento para superar el miedo, romper con la falsa seguridad de lo ya hecho y reflexionado y tomar distancia con las emociones que nos esclavizan con intereses y subjetividades, pues son las herramientas con las cuales el sistema construye la cárcel donde encierra al conocimiento.
La Exposición Ex-cultura, de Lidó Rico, dentro del proyecto Asincronías, será inaugurada el 11 de febrero a las 20 horas y puede visitarte hasta el 17 de abril en la sede de Fundación José García Jiménez en Plaza Amores y el Museo de Bellas Artes de Murcia.


Fundación José García JiménezPlaza Amores s/n
30003 Murcia

www.fundacionjosegarciajimenez.org

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