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miércoles, 1 de febrero de 2012

La literatura norteamericana de los años ´90 - Araceli Otamendi

































(Buenos Aires)

En el año 2000 publiqué un ensayo sobre el libro El imperio del cinismo de Patricio Lóizaga (Buenos Aires, 1954-2006), poeta, ensayista, director de la revista Cultura segunda época y dirigente cultural. El libro abarca diversos aspectos de la cultura contemporánea de los años ´90 y fue presentado en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, en la Sala Victoria Ocampo, con un diálogo público entre Patricio Lóizaga y yo, del que posteriormente participó el público haciendo preguntas.
A continuación publico un fragmento del ensayo dedicado a la literatura norteamericana de esos años, los `90. Mi ensayo se titula "El imperio del cinismo: Cómo leer el fin de siglo e introducirse en el nuevo que comienza. Un nuevo renacimiento o la fascinación de lo imposible" y fue publicado en el año 2000 en la revista Cultura segunda época.
Anteriormente se publicó, otro fragmento del mismo ensayo: La televisión de los años `90





La literatura norteamericana de los años `90

Otro de los capítulos notables de El imperio del cinismo es el dedicado a la literatura. Lóizaga en su Diccionario de Pensadores Contemporáneos, cuando se ocupa de de Gilles Lipovetsky dice: "A partir del paso del individualismo limitado moderno al individualismo "total posmoderno" surge un nuevo personaje que Lipovetsky define como narcisista".
A partir del advenimiento de la "moda abierta" se observa desde los años cincuenta una nueva fase del individualismo que rompe con las limitaciones que imponía la sociedad moderna: la individualidad y la libertad irrumpen en campos que hasta ahora les estaban vedados, señala Lóizaga en dicho capítulo, al tiempo que agrega: el principal sustento, el alimento de la sociedad y del personaje posmoderno es el consumismo.
Lóizaga no ha dejado de observar, en la obra de Lipovetsky, la existencia de "un debate,
un conflicto estructural, entre el individualismo responsable y la individualidad permisiva
y cínica". "Porque sin duda -dice - la extinción de la religión del deber significa una grave
crisis para las democracias".
Coherente con este análisis del pensamiento de Lipovetsky, Lóizaga acierta en incluir la
novela de Bret Easten Ellis American Psycho. El protagonista del libro es un criminal
caracterizado por su ferocidad, producto de la falta absoluta de cualquier tipo de conflicto
interior tradicional, obsesionado por las marcas de ropa, equipos de música, restaurants...
"No se sabe si es un envase o un hombre", dice Lóizaga citando a Ellis; "no hay nada debajo
del exterior; es como una máscara que facilita las cosas, que le permite cometer crímenes y
actuar del peor modo porque la gente sólo verá de él lo importante que es la marca que usa.
Nada verá de su interior, esa fue la metáfora que me interesó", dice el escritor norteamericano.
American Psycho fue rechazada por gran parte de la opinión pública norteamericana y, según
manifiesta Lóizaga, en este libro se asiste a una forma de crítica cultural desde dentro del
sistema. El personaje, asesino y adicto a las marcas, podría haber sido creado por Gilles Lipovetsky - ya que en sus libros El imperio de lo efímero y La era del vacío se describe
el individualismo contemporáneo tal como lo encarna dicho personaje - si este pensador
hubiera elegido a la novela en lugar del ensayo filosófico para dar forma a su pensamiento.
Otro de los casos citados por Lóizaga es el de Douglas Coupland, autor de Generación X y
Planeta Shampoo, entre otras novelas. Generación X fue presentada el mismo año que
American Psycho y tuvo, como el libro de Ellis, una enorme repercusión. A partir del argumento de Generación X y el análisis de los personajes - una pandilla de chicos y chicas sin destino - Lóizaga indaga acerca de las características de la sociedad de las dos últimas décadas. En una acertada síntesis de la obra de Coupland, el autor de El imperio del cinismo señala inteligentemente lo que este escritor canadiense define como la diferencia entre los seres humanos y los animales: "Nuestras vidas necesitan ser historias, narraciones, y cuando nuestras historias desaparecen es cuando nos sentimos perdidos, fuera de control y susceptibles a las fuerzas del azar".
Al proceso por el cual uno pierde su propia historia lo denomina desnarration, dice Lóizaga
cuando habla de Coupland, y sería la forma técnica de decir "no tener una vida". Esta observación es para tener muy en cuenta por quienes tienen interés en indagar sobre la posmodernidad en la literatura norteamericana y su evolución desde Henry Miller en adelante.








(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur

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